viernes, octubre 28, 2005

La Decision

La meta esta clara, es la razón que me lleva a tomar esta decisión, no ser mediocre, seguir subiendo peldaños en mi vida. Me planteo unos objetivos iniciales para conseguir esta meta, pero como todo proyecto a medio largo plazo estos objetivos son modificables, lo sé.

Decido irme a IRLANDA y continuar mi aventura de vida, aprender otro idioma, trabajar, saber cómo me desenvuelvo siendo más vulnerable, no teniendo a nadie de los que toda mi vida me han amparado cerca (una vez fuera te das cuenta que siguen cerca).
Una vez tomada la decisión comienzo a preparar mi viaje, comienzo a acceder a foros por Internet sobre Irlanda, me comunico con gente que esta allí a través del foro para preguntarles dudas. Todos dicen lo mismo, cuando estas en España todo parece un mundo, cuando llegas a Irlanda todo es más fácil, sólo se trata de afrontar el miedo a lo desconocido, al idioma sobre todo. Algunos recursos que me ayudaron fueron:
Los foros de Vivairlanda.com y los de Irlandaenred.com

Le dije a todo el mundo que me iba a Irlanda, lo cual me ayudó no sólo a mantener mi decisión, si no también a obtener ayuda y ánimos. Una amiga casualmente me dijo que tenía gente conocida en Irlanda, en Dublín concretamente, a partir de ese momento nos puso en contacto y empezamos a comunicar por email. Conseguí apoyo en Irlanda para los primeros días, es un lujo conseguir una casa desde la que moverse.

martes, octubre 11, 2005

El proceso para llegar a tierras celtas

Hacía dos años, antes de tomar la decisión, que me estaba preparando para moverme hacia algún sitio, preparando el camino para volar en todos los sentidos, personal, familiar y laboralmente. Laboralmente no me va mal durante este tiempo, creo que puedo conseguir lo que quiera porque tengo la actitud de aprender y soy flexible, quiero mejorar siempre la forma de hacer las cosas, mi forma de hacer las cosas. Aun así, me comprometo con la organización donde trabajo para ser manager, con la condición de realizar el trabajo durante dos años y tras finalizar el tiempo valorar el cambio. En este momento ya tengo claro que quiero volar hacia algún otro sitio, pero el reto de coordinar al equipo de trabajo de mi organización y el reto de conseguir objetivos y aprender todo lo que pueda en esta etapa no lo quiero dejar escapar, cualquier persona sabe cuando es su momento y cuando se presentan oportunidades en el camino, otra cosa es que las tomes o las dejes pasar.

Los dos ultimos años laboralmente hablando fueron muy bonitos, aprendí un montón y sé que uno de mis posibles caminos es continuar desarrollando la carrera de managment, mi interés me hizo formarme en Dirección Estratégica de Recursos Humanos, gracias a ello conozco a grandes personas, no solo grandes profesionales, como Jose Mª Larrañaga o José Miguel Ilundáin. Cuando uno esta dirigiendo equipos, con más razón tiene que tener claro donde está su centro, su equilibrio, la búsqueda de uno mismo ha de ser aún más constante y consciente, es muy fácil perderse en las responsabilidades, en el trabajo, en el estrés, y contigo puede caer todo el equipo, aunque por suerte nadie es imprescindible. Desearía que todos lo managers del mundo trabajasen su interior, más que cualquier otra competencia o técnica, de esta manera seguro que el mundo iría mejor, incluyendo a los lideres religiosos, pero es un deseo, nada más, yo solo puedo controlar mi vida interior, no la de los demás. En este sentido Larrañaga e Ilundáin me inspiran por ser ante todo dos integras y buenas personas.

El camino que voy andando no es siempre luminoso, no tengo muy claro muchas veces donde estoy, me estoy continuamente analizando, si es esto o lo otro lo que debería hacer, y blablabla….los protagonistas de este momento son mi búsqueda de autenticidad, el miedo que supone cualquier cambio, el silencio, lugar donde se encuentran piedras preciosas, y la deseducación, interesante palabra que creo no está aún en el diccionario de la Real Academia Española. Pese a todo tengo claro que no existen los problemas, existen las soluciones y sabré cuando será la mía cuando la respuesta sea redonda, cuando pueda decir eureka, cuando todo esté claro, eso me consuela, porque sé que al final la respuesta se manifestará y yo sabré verlo, sé la forma que tiene, pero no su contenido aún.

Varias lecturas que fueron significativas en este momento son:

Sobre la Autenticidad:

“Trabas imaginarias, prejuicios, rigideces e inhibiciones nos privan de nuestra espontaneidad, de nuestra respuesta hábil, de nuestra capacidad de fluir y de ser tal cual somos. De registrar y atender nuestras necesidades… y dejar ser a los demás…¡Para qué la vamos a hacer sencilla si la podemos complicar! (…)Así, sufrimos, nos apagamos, envejecemos. Un poco de obviedad, un poco de simpleza, un poco de practicidad pueden orientarnos.¿Qué tal si cuando no quieres, dices que no;Cuando te hacen daño, lo dejas;Cuando necesitas pedir, lo pides;Cuando quieres dar, se lo das;Y cuando quieres llorar o gritar, lo dejas salir?¿Qué tal si cuando quieres comunicarte, te abres? ¡y cuando estás contenta te ríes!¿Qué tal si cuando ves al otro, lo aceptas, como es, sin rotularlo?¿Qué tal si te quedas aquí y ahora, lo único real, en donde hay tanto que no requiere ni del pasado ni del futuro?¿Qué tal si te das a tu esencia y te dejas ser verdadero?” Claudio Casas

En la búsqueda de autenticidad siempre aparecen “duendes”, “duendes buenos” y “duendes malos”, personas que te echan para atrás, personas que te dicen lo que ellos harían, y luego están las personas que simplemente te acogen, no te dicen nada, te escuchan, te ayudan a escoger por ti misma, te animan sabiendo que es lo que tu quieres… Hay que escuchar a todos. Escuché muchas veces en esta etapa lo que mucha gente dice, incluso de mi propia generación, sobre que ya no tienes edad para hacer esto o lo otro,… y yo digo… qué estúpido prejuicio es ese, sobre todo cuando te sientes en tu mejor momento, cuando te sientes con poder para hacer cualquier cosa. Cuánta gente sigue ese precepto creyendo que el comportamiento en cada edad esta marcado… y se rodean de cosas, incluso sus hijos son "cosas" que han de tener,… ya lo siento, yo quiero ser “más”, no "tener más".

Sobre el Deseducarse:

“Deseducarse es interrogarse uno mismo, efectuar una lectura completamente nueva de nuestro bagaje cultural, incorporar perspectivas jamás contempladas, desmontar numerosos tópicos… No significa destruir los conocimientos acumulados hasta ahora, sino interpretarlos de otro modo y cuestionarnos formas de vida y de relación que hemos ido instaurando y que no facilitan el encuentro entre las personas, ni el entendimiento entre los pueblos. Representa en último término, una llamada a la sensibilidad y a la creatividad, a buscar nuevas maneras más personales, gozosas y solidarias de vivir y actuar.”

Añoro el estado de Sabio. Añorar, preciosa palabra pero mal empleada aquí, he de ser humilde, no puedo añorar algo que no he conocido, ya que nunca estuve en el lugar donde esta la sabiduría; he de decir entonces, ansío el estado de sabio/a, quiero alcanzarlo, se requieren experiencias y aprendizaje de la propia experiencia, la actitud la tengo, solo requiere tiempo, mucha escucha de uno mismo, de los demás, mucha humildad para aceptar y aprender de las experiencias que hay que vivir.

Sobre el Miedo:

En mi cuaderno de viaje escribo frecuentemente sobre ello, mis propias palabras son el reflejo de mi miedo:

“Tengo el corazón de par en par, las lágrimas no sólo limpian mis ojos, limpian mi alma y su caída quema mis mejillas y me abren el alma como si de una cremallera se tratara. Estos días estoy colocando mis emociones, tengo una ensalada de emociones"

Silencio: el sendero más valioso, donde sin duda encuentras toda tu pureza. Intento coincidir con el silencio mas que nunca incluso con otras personas. El silencio no solo es un estado exterior es tambien un estado interior. Realizo paseos por el río con mi hermano, mi amor, y me centro mucho en las personas que en este momento son mas significativas para mi: Ray acompañándome todo el tiempo con 3A sin opinar pero acogiéndome siempre, Ventura siempre ahí animándome increiblemente (soulmate), encuentros con belén (mi hermana), María vuelve en si viviendo otro proceso (mi prima), Amaranta amiga todo el tiempo gran descubrimiento (mi amiga), Tran y KiKe "Vaya" siempre incondicionales apoyando la autenticidad, Basilio, mi hermano, mi amigo,... y mientras, nacen niños, y allí están también aquellos otros que por no ser citados no dejan de ser importantes en mi proceso. Carmina, por supuesto, mi amiga, mucho más que una terapeuta, mi querida hada madrina, mi sostén. Y por último mi madre, que hasta que no me dice que lo que hago es correcto no me quedo agusto, gracias a ella y a su apoyo, que aunque a veces no llega cuando más lo deseas, siempre llega y en el momento oportuno, y es el que te da el empujon con el que te sientes realmente íntegra.

Desconectando el cerebro, tan necesario para nosotros para funcionar mejor, como lo es para los ordenadores. Lo mejor con Alba, "mi niña", los niños, que nos devuelven a nuestra infancia de un plumazo, lugar donde no existían los quebraderos de cabeza, incluso cuando nuestro alrededor estaba rodeado de problemas nosotros encontrabamos un lugar donde jugar. Con los niños me doy cuenta también que siento que quiero ser madre algún día.

“Cada segundo que vivimos es un momento nuevo y único del universo. Un momento que jamás volverá… ¿Y qué es lo que enseñamos a nuestros hijos? Pues les enseñamos que dos y dos son cuatro, que París es la capital de Francia. ¿Cuándo les enseñamos además lo que son? A cada uno de ellos deberíamos decirles: "¿Sabes lo que eres?" Eres una maravilla, eres único. Nunca antes ha habido ningún otro niño como tú. Con tus piernas, con tus brazos, con la habilidad de tus dedos, con tu manera de moverte. Quizá llegues a ser Shakespeare, un Miguel Angel, un Beethoven. Tienes todas las capacidades. Sí, eres una maravilla. Cuando crezcas, ¿serás capaz de hacer daño a otro que sea como tú, una maravilla? Debes trabajar, como todos debemos hacerlo, para hacer el mundo digno de sus hijos” (Pau Casals)