IRELAND:La llegada, acogida y situarse en Dublin

El idioma:

Llego a Dublín sin apenas idea de inglés, el que me enseñaron en la escuela, aunque es suficiente para empezar. Con muy poca confianza pero al menos se algo…
En este sentido en España, como por todos es sabido, no somos una maravilla en el aprendizaje de idiomas, somos duros de oído, entre otras cosas porque somos de los pocos países en los que no solemos escuchar películas en versión original por ejemplo, - gracias al Sr. Franco, en fin, al menos somos unos “hachas” en la industria del doblaje -; por otra parte, desde mi punto de vista, en el colegio no practicamos la comunicación verbal lo suficiente, únicamente la escrita, obtenemos buena base gramatical pero nunca nos atrevemos a hablar, en definitiva, tardamos en comunicarnos más que el resto de personas de otros países.
Una de las cosas que me encantó de Dublín, fue tener la oportunidad de ir a algún sitio para mejorar mi inglés de forma gratuita. ¿Dónde? En Henry Street, una de las calles comerciales de Dublín. Allí puedes encontrar la Biblioteca principal (Main Library) dentro de un centro comercial. Todos los días, salvo los fines de semana, hay "quedadas" entre diferentes personas que quieren intercambiar idiomas, por ejemplo, los martes español e inglés, los lunes alemán e inglés, etc., durante dos horas en una sala con sillas formando dos círculos concéntricos, las personas interesadas tienen conversaciones sobre cualquier tema a su libre albedrío, una hora en un idioma y otra en el otro idioma, así poco a poco vas perdiendo el miedo a hablar y no sólo eso, además te encuentras con otros españoles que llevan más tiempo en Irlanda y te pueden enseñar pequeños trucos de la ciudad, de la cultura, dónde buscar trabajo, cómo, etc, incluso puedes hacer amigos de diferentes culturas, no esta mal para empezar. Al final acabas en el pub continuando con la conversación mantenida alrededor de una Guinness, en mi caso. Así conocí a mi amigo el madrileño con el que sigo conversando o escribiéndome en inglés.

La acogida Irlandesa:

Estoy tres semanas en casa de una irlandesa que no me conocía previamente, solo habíamos intercambiado un par de mensajes, es amiga de una amiga de una amiga… resulta ser como un "hada madrina" en Irlanda, a veces pasan cosas mágicas en el mundo que no puedes explicar.
Mi friendly irlandesa es profesora en la universidad, de asignaturas de Recursos Humanos, justo lo que he estado estudiando; conoce a personas que trabajan en ong’s de vih-sida y de activismo gay, justo mi campo de activismo y de trabajo profesional, justo así mismo el campo donde me gustaría continuar siendo activista en Irlanda; estoy interesada en buscar este tipo de ong’s en Irlanda también como recurso para conocer gente y estoy interesada en trabajar en el mundo de los recursos humanos, ambos campos conocidos por ella. Me facilita contactos.
Pero el mayor favor que me hace es decirme que ella no va a estar conmigo mostrándome la ciudad ya que lo mejor que puedo hacer es perderme sola en Dublín y así llegar a conocerla y sobre todo entenderla.
Siguiendo sus consejos, así lo hago, por supuesto me pierdo, unas cuantas veces incluso con mapa, pero en 3 dias como máximo comprendes la ciudad, lo que significa que empiezo a entender los horarios, los transportes, los precios, las clases de periódicos, los supermercados, los mercados, empiezo a saber dónde está la gente como yo, dónde los trabajadores, dónde los foráneos, empiezo a orientarme en la ciudad, a entender los mapas (jejeje... esto me lleva días, pero ya no lo olvidas nunca más).
Algo curioso para mí fue tener que pagar el precio exacto en los autobuses ya que si no lo tienes no te devuelven el cambio, todo el dinero queda en una máquina que el conductor no puede abrir. Él te da un ticket que muestra la diferencia de precio que has pagado y puedes reembolsarlo en las oficinas centrales, pero la mayoría de las personas no van a buscar la vuelta. Me contaron que con todo este dinero que no vamos a buscar, los irlandeses construyeron el año pasado una iglesia, en fin, si no es para una iglesia, es empleado en otra actividad benéfica.